En estos tiempos resulta relevante hablar del feminismo y no como un movimiento político. Sino más allá, como un movimiento social que surge como respuesta a situaciones de desigualdad. Juana Ramírez, presidenta de la Asociación de Emprendedores de México (ASEM), nos comparte datos sobre las mujeres emprendedoras y la importancia de trabajar por la igualdad de los derechos humanos.
“Urge pensar en una generación de hombres y mujeres que se sumen como feministas. Que sean defensores radicales de la igualdad de los derechos humanos. Cuando pensamos en la igualdad de los derechos humanos, nadie podría estar en contra ¿o sí?”
Desde el punto de vista económico, reconocer el papel estratégico de las mujeres emprendedoras es el primer paso para generar las oportunidades y condiciones que dignifiquen la fuerza laboral femenina.
Juana Ramírez invita a las empresas mexicanas a colaborar en el desarrollo de nuevas habilidades, de nuevas experiencias tecnológicas en las que el conocimiento se convierta en una plataforma de movilidad social y profesional para ellas.
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Desigualdad y violencia hacia las mujeres, el primer obstáculo
Estos son algunos datos que compartió la presidenta de la ASEM para reforzar esta invitación:
- 35% de las mujeres han experimentado violencia física y sexual por su pareja y en algunos países llega al 70%, de acuerdo con ONU Mujeres.
- En nuestro país, 7 de cada 10 mujeres han enfrentado violencia por lo menos una vez en su vida.
- 44% ha sufrido violencia por parte de su esposo o pareja
El número de llamadas o asistencia telefónica se ha quintuplicado. Consecuencia de las tasas de violencia de pareja durante el periodo de pandemia. Cada día 137 mujeres son asesinadas por miembros de su propia familia y en un tercio de los casos, su pareja es el asesino.
“Estas condiciones y además de la desigualdad que ya conocemos. Entre ellas el cuidado de los hijos, de la casa, las responsabilidades encomendadas a las mujeres, el cuidado de los enfermos hace que las mujeres se sientan menos capaces de emprender”. De acuerdo con el GEM Global Entrepreneurship (GEM), 41% de las mujeres se sienten menos capaces de emprender en comparación con los hombres.
Por otro lado, el 34% de las mujeres no emprende porque considera que va a fracasar y el 23% de las mujeres emprendedoras declaró que la falta de tiempo es una de las causas más comunes para el fracaso, una causa que casi es inexistente en los hombres, según la Radiografía del Emprendimiento en México 2020 de la ASEM.
Herramientas para impulsar a las mujeres emprendedoras
Para fortalecer a las mujeres emprendedoras, la mentoría y la capacitación son muy relevantes. Desde la ASEM comparten estos beneficios que se han percibido en las mujeres que reciben mentoría:
- Mejoran su autoconfianza
- Logran potenciar o hacer crecer el negocio
- Aprenden y mejoran en la toma de decisiones y sus habilidades de gestión empresarial
Las mujeres que participan en programas de mentoría y entrenamiento amplían sus negocios y pueden llegar a incrementar sus ingresos hasta en 480%. “Por eso, las mentorías son relevantes y la verdad es que no hay recetas probadas”. El proceso de mentoría es una herramienta de autocrítica que impulsa la evolución en el pensamiento, llevándolas a la prevención frente a escenarios diversos como el emprendimiento.
En esta participación para WORTEV, Juana Ramírez hace especial énfasis en que ofrecer mentoría a otras mujeres es más que darles consejos. Sino que, además, es comprometerse con darles acceso a las redes de negocio y a otro tipo de comunidades claves para el crecimiento personal y profesional.
La mentoría es una herramienta súper poderosa para la retención y captación de talento en las empresas. “Al permitir que ellas encuentren su pasión dentro de la organización y lo vinculen con su propósito de vida”.
En un mundo donde las empresarias se enfrentan a estereotipos negativos que frenan su desarrollo empresarial como la cultura, la aversión al riesgo, las responsabilidades como mujer y las percepciones de ellas mismas, el acompañamiento de mujeres emprendedoras con mayor experiencia contrarresta de forma muy importante esas barreras.
Si las mujeres ocupadas aumentan, las economías crecen
“Cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen”. Según estudios efectuados en países de la OCDE y también en otros países no miembros, el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo produce un crecimiento económico más rápido.
“Se estima que las mujeres podrían aumentar sus ingresos hasta en un 76% si se superara la brecha de participación económica y entre ellos, la brecha salarial entre hombres y mujeres”.
El empoderamiento económico de la mujer es un buen negocio para los países, es un buen negocio para la economía y por supuesto, que también es un gran paso para la reactivación económica que requeriremos después de pasar por esta crisis ocasionada por la pandemia.
Las empresas se benefician enormemente al aumentar las oportunidades en cargos de liderazgo para las mujeres. “Algo que ha demostrado aumentar la eficacia organizacional en empresas con mayor diversidad, el incremento en la productividad es de hasta el 35%”.
La presidenta de la ASEM compartió que se estima que las compañías donde más de tres mujeres ocupan posiciones ejecutivas superiores registraron un desempeño más alto en todos los aspectos y eficacia empresarial, que en aquellas donde todos son hombres.
Así que hay muchísimas razones para ser feminista, para impulsar la participación de las mujeres emprendedoras generar mentorías, capacitación, en herramientas tecnológicas y por supuesto, seguir insistiendo en la necesidad de tener fondos para el financiamiento de estas empresas será fundamental.
Este texto fue elaborado con base en la video columna que Juana Ramírez compartió a WORTEV.
Revive nuestro evento WORTEV Rise Sessions ‘Capital emprendedor: alternativas para las Pymes mexicanas’ en este enlace para ampliar tu información sobre opciones de financiamiento y donde además, contamos con la participación de Juana Ramírez.