“Hay un momento en la vida en que reconoces que el tiempo se te ha ido entre las manos, pero a la vez, te sientes con mucha energía para seguir adelante”
Con esta reflexión, Rolando Porchini llegó a sus 60 años, tras dedicar la mitad de su vida a operar la empresa familiar fundada por su padre en 1934. Era momento de retirarse, pero no se sentía cómodo con la idea de sentarse a descansar, así que descartó esta opción y decidió dedicarse a impulsar emprendedores senior.
A lo largo de su carrera profesional, Rolando Porchini se preparó con estudios de maestría y doctorado en Europa. Esto le permitió detectar que en México, no existía información suficiente para micro, pequeñas y medianas empresas. Así desarrolló un manual para ayudar al emprendedor a organizar, entender y hacer crecer una empresa cuando aún no se exploraba el tema del emprendimiento. “Me considero un pionero en metodologías de aceleración de negocios”, asegura.
Gracias a estos aprendizajes combinaba su labor de intrapreneur con consultorías en el Instituto Panamericano de Alta Dirección de Empresa (IPADE). Al llegar a los 60 años, quería seguir explorando opciones, así que transformó el manual que había diseñado dos décadas antes, en una metodología especializada en emprendedores senior.
“Otros países ya reconocían la presencia de gente valiosa de estas edades y automáticamente decidí explorar si la metodología que domino es válida para el mercado de los 50+. Después de una investigación de mercado, noté que en México había mucho qué hacer al respecto”.
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El apoyo que necesitan los emprendedores senior
Porchini explica que su principal motivación era ayudar a otras personas de su edad. “Noté que, al llegar a los 50 años, mucha gente se siente desconcertada, discriminada, marginada, desplazada por las nuevas generaciones y no encuentra la manera de hacer valer sus talentos. Y justo en este proceso es donde quiero marcar una diferencia”.
El emprendedor, ahora de 67 años, atribuye esta problemática a la educación. “Crecimos en una sociedad que te recomienda estudiar, buscar seguridad en un puesto bien remunerado y ahí pasar el resto de la vida”.
Añade que, “este gusto por la seguridad nos hace creer que cuando nos retiramos, caemos en la falacia del término de la vida útil y productiva. Nosotros mismos nos creemos ese teatro del retiro como despedida de la vida profesional”.
Gracias a avances en la ciencia, biotecnología y a la promoción de un estilo de vida cada vez más saludable, es posible alargar la vida hasta 30 años más después de los 60. “Los 60 años nos quedan chiquitos ante la voluntad de querer vivir, de aportar y de ser útil a este mundo por muchos años más”.
Con esta determinación fundó la Asociación Mexicana de Emprendedores Senior AMES 50+ en 2018. Un club en el que las personas mayores de 50 años encuentran capacitación, apoyo y una comunidad para crear y hacer crecer una empresa.
Hasta 2020 han impulsado más de 100 proyectos en siete generaciones bajo una filosofía clara: ser emprendedor positivo, activo y resiliente sí nos lleva a aumentar la vida y a hacerla feliz. Esta premisa es la que guía las acciones y programas de AMES 50+, inspirada a partir de la experiencia de Rolando y del ejemplo que le inculcó su padre, que vivió hasta los 96 años.
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Tres retos del impulso a emprendedores senior
Porchini comparte que, como parte de su investigación de mercado, detectó que, solo entre 5 y 10% de esta población están dispuestos a arriesgarse con un emprendimiento. Está consciente que aparentemente es un porcentaje bajo, pero, aun así, ese volumen de personas necesita apoyo.
“Me da mucho gusto llevar este mensaje a gente que quiere ser activa, que quiere aportar y no se derriba. A diario nuestro cuerpo reacciona gracias al deseo porque el negocio crezca y el emprendimiento nos abre esa gran puerta para ser plenos y felices”.
AMES 50+ surgió en 2018, sin embargo, Rolando Porchini comenzó a idear el proyecto desde 2014 (cuando cumplió 60). Durante estos años ha identificado tres grandes retos para impulsar a los emprendedores senior.
1. Tropicalización de un modelo diseñado para jóvenes
La metodología que creó Porchini hace más de 25 años, estaba pensada en el emprendimiento joven. Para adaptarla a los emprendedores senior, utilizó la gerontología como eje. Esta disciplina estudia el envejecimiento desde una perspectiva biológica, psicológica y social.
Uno de sus objetivos es fomentar un estilo saludable de vida para un envejecimiento activo. “Pulí la metodología para que fuera atractiva y adecuada para los mayores de 50”, agrega.
2. Descubrir cómo aprovechar las oportunidades
El segundo desafío para AMES 50+ fue continuar con el programa de capacitación pese a la pandemia por COVID-19. Rolando recuerda que al cierre de 2019 atendían de forma presencial a emprendedores de Ciudad de México y estaban por abrir convocatorias en Monterrey, Guadalajara y otras ciudades del país.
“Cuando se cerraron las puertas, teníamos que abrir ventanas”, recuerda. Esta ventana fue internet, que les brindó la oportunidad de adaptar el programa a una modalidad online. Con ello, no solo llegaron a las ciudades que ya tenían en proyección, sino que ampliaron su cobertura a nivel nacional y Latinoamérica, con cuatro generaciones de manera remota.
“Estoy convencido de que no hay mal que por bien no venga, incluso frente a las crisis. La resiliencia te hace ver nuevos caminos. A pesar de lo que varios temían, los emprendedores senior somos quienes hemos atravesado por más cambios tecnológicos con éxito y este no iba a ser obstáculo”.
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3. Contribuir con los emprendedores no solo en el plano profesional
Con un modelo online y presencial definido, es momento de vislumbrar una etapa de escalamiento para AMES 50+. Rolando Porchini y su equipo preparan una nueva modalidad de contratación a base de un sistema de membresías anuales.
Este sistema incluye, además de hacer rentable su idea y su experiencia, la posibilidad de un crecimiento integral desde el plano personal.
A través de 5 retos, los emprendedores senior se redescubren para desarrollar en favor de otros, para ser mejor persona, mejor emprendedor y empresario en beneficio de una comunidad.
¿Cómo se dividen los emprendedores senior?
Después de tres años en AMES 50+, Rolando Porchini ha detectado tres grupos de emprendedores senior, según su personalidad e intereses.
1. Empresarios experimentados
Son empresarios que ya han abierto y cerrado empresas durante su vida. Ya se han equivocado muchas veces, pero tienen ese afán y motivación por crear, por lograr y más sueños por cumplir. Quieren seguir siendo exitosos.
2. Personas en vías de retiro
Han dedicado la mayor parte de su vida a una empresa o corporativo y están a punto de llegar a la edad de jubilación. Tienen el sueño de poner un negocio, pero la vida los llevó a través de una empresa y ahora desean retomar ese proyecto. Este tipo de emprendedores senior tienen experiencia en empresas escuela y son muy disciplinados.
3. Personas que necesitan seguir generando ingresos
Este tercer perfil está compuesto de personas ejemplares en el trabajo. Este perfil se ha desempeñado en diversos empleos como colaboradores, operarios, gerentes o amas de casa, que necesitan generar ingresos al llegar a esta edad. Quieren valerse por sí mismos y generar por su cuenta, el patrimonio que no han conseguido. No tienen muchos conocimientos en negocios pero necesitan una mano que les ayude a echar a andar una idea de negocio.
Aunque se han detectado estos tres perfiles, no existe distinción por cada uno. Todos están en el mismo grupo generando una mayor diversidad y una red de networking efectiva. “Además, todos tienen el mismo objetivo: rescatar a nuestra generación, por lo que se forma una gran familia”.
¿En qué emprenden los mayores de 50?
Rolando ha detectado también una diversidad entre géneros. Las mujeres, por ejemplo, optan más el giro de servicios. Mientras que los hombres, prefieren especializarse en fabricación o comercialización de productos o tecnología.
Algunas mujeres destacables son Ana Laura Garza García, que desarrolló un programa de entrenamiento en primeros auxilios mentales; Aurora Zea, con un proyecto de estancias premium para adultos mayores; y Adriana Howard, quien fabrica bolsas, zapatos y accesorios a base de fibras naturales y el trabajo hecho a mano.
Por el otro lado, el emprendedor más joven de la asociación con 43 años desarrolló un programa de telemedicina que vincula pacientes con doctores; Luis Cuauhtémoc Navarro que imparte cursos a campesinos especializados en tratamiento del cacao, para producir un chocolate de alta calidad y exportación. Mientras que, Roberto García de Alba, tiene una tecnología para empresas capaz de encontrar candidatos de acuerdo con cualidades y talentos.
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