Una tarde de carne asada con amigos fue el inicio de un movimiento global que pretende reivindicar el fracaso: Fuckup Nights. Carlos Zimbrón, su CEO y cofundador, muestra el lado bueno del fracaso y más bien lo ve como una oportunidad de aprender de los errores.
En 2012 una charla entre amigos se convirtió en una idea que impactaría a cientos de personas en el mundo. Leticia Gasca, Carlos Zimbrón, Julio Salazar, Luis López de Nava y Pepe Villatoro decidieron hacer algo para borrar la connotación negativa del fracaso y neutralizarlo.
En ese entonces todos los fundadores de Fuckup Nights tenían fracasos profesionales a cuesta y descubrieron lo liberador que era compartirlo con amigos. Después de una lluvia de ideas durante una cena decidieron crear un espacio donde más personas pudieran compartir sus experiencias.
Carlos Zimbrón había fracasado en su despacho de arquitectos que había fundado con un amigo y estaba en el proceso de superar este tropiezo profesional cuando surgió la oportunidad de crear este movimiento que ha llegado ya a más de 300 ciudades en el mundo en 90 países.
En su primer evento en la Ciudad de México asistieron 30 personas. Hoy, una década después, cuentan con más de un millón de asistentes.
Cada mes, en eventos en todo el mundo de Fuckup Nights, tres o cuatro personas se enfrentan a una sala llena de extraños para compartir los tropiezos en sus carreras. “Historias de negocios que quiebran, acuerdos de socios que se pelean, productos que deben retirarse del mercado, contamos todo”, se describe en su página.
“Nuestro propósito es cambiar el paradigma, el concepto negativo del fracaso. Al final, el objetivo es desaparecer; si logramos neutralizar el concepto no tendremos que existir (como movimiento) porque hemos cumplido nuestro objetivo”, compartió Zimbrón, en entrevista con WORTEV.
La clave del éxito de buscar el lado bueno del fracaso
Percibir al fracaso como una herramienta de aprendizaje de los errores y no como una piedra en el camino ha sido el inicio para cambiar el paradigma del fracaso y quitar ese tabú. Así es como ha avanzado el movimiento que lidera Carlos Zimbrón.
“Cuando compartes tu fracaso te liberas de un montón de cosas o de historias que te habías creado en la cabeza. La mayoría de las veces acaba siendo muy divertido, y al momento de ser divertido, equilibra un poco ese saborcito triste del fracaso”, afirma Zimbrón.
Al inicio del movimiento Fuckup Nights, cada vez llegaban más asistentes a los eventos en la Ciudad de México. Zimbrón cuenta que no sabía el impacto que estaban generando hasta que un día recibieron un correo desde el País Vasco, solicitando una licencia para replicar el movimiento en España.
Compartir historias de fracaso dejó de ser simplemente una oportunidad de hacer catarsis y se convirtió en una oportunidad de negocio exportable a través del modelo de licencias. Actualmente la estructura de licenciamiento global es parte importante del negocio.
La otra línea de negocio, que surgió hace alrededor de cinco años, es el modelo empresarial. Fuckup Nights organiza eventos privados para corporativos e instituciones. “Hay mucho que trabajar dentro del mundo de los recursos humanos, dentro de la cultura de las organizaciones”, asegura Zimbrón.
Estos eventos que revelan el lado bueno del fracaso están en más de 400 empresas alrededor del mundo, desde un Coca-Cola en Rumanía hasta un Decathlon en India. También han llevado sus pláticas al Banco Interamericano y al Berlinale (Festival Internacional de Cine de Berlín). Ahora es el principal modelo de negocio de Fuckup Nights.
Los porqués del fracaso emprendedor
Luego de escuchar cientos de historias de fracaso, Zimbrón y su equipo de cofundadores publicaron un libro en 2014 en donde hicieron una investigación de las principales razones por las que un emprendedor fracasa.
La primera razón de fracaso, dice Zimbrón, es el análisis financiero. “Puede haber una buena idea, pero generalmente debe adaptarse al sistema en el que vivimos, el capitalismo, y no hay otra opción, hay que tener planeación financiera y salud económica del proyecto”, argumenta el emprendedor.
Las otras dos razones del fracaso emprendedor son más personales y tiene que ver con dejarse llevar por el ego y con la falta de empatía. “Eso aunado al ensimismamiento que tenemos la mayoría de las personas creativas”, añade.
“Sabemos que lo profesional no es aislado, lo profesional también es personal y también es político y social”, opina Zimbrón. Hablar de fracaso es adentrarse al concepto del síndrome del impostor, saber por qué algunas personas fallan en una posición de liderazgo, es verbalizar qué te pasó, cómo te pasó y cuándo te pasó.
Identificar esas razones para descubrir el lado bueno del fracaso en un ambiente de confianza ha conseguido un gran engagement en la comunidad de Fuckup Nights.
¿El lado bueno del fracaso es el éxito?
Mucho se ha difundido la idea de que el fracaso es una parte del camino hacia el éxito. ¿Ese es el lado bueno del fracaso? Los cofundadores de Fuckup Nights no lo ven precisamente desde esa perspectiva. Zimbrón asevera que, en realidad, el proyecto no está planteado desde esa óptica. “Personalmente yo creo que no está vinculado el fracaso con el éxito, o sea lo relativiza, pero no está vinculado”, aclara.
Al final, equivocarse y fracasar no asegura el éxito. En Fuckup Nights no tienen una fórmula del éxito, más bien, dan la fórmula de cómo un fracaso se puede convertir en una oportunidad. “Lo que nosotros hacemos es brindar las herramientas para poder intentarlo mejor”, señala Zimbrón.
Léase en caso de fracaso
El CEO de Fuckup Nights exhorta a compartir nuestras historias de fracaso porque eso ayuda a tomar mejores decisiones. Entonces, ¿cuál ha sido el impacto de Fuckup Nights? Zimbrón responde: “No sabría medirlo, pero creo que ser la punta de lanza de esa conversación sobre fracaso, a mí me deja dormir feliz todos los días”.
Leticia Gasca, Pepe Villatoro, Luis López de Nava y Carlos Zimbrón han escuchado miles de historias de fracaso que se vuelven inspiradoras y que lo hacen cuestionar más el concepto de éxito y resignificar el valor de comenzar de nuevo.
Para todos aquellos que sienten que están en medio de un fracaso, los cuatro fundadores presentan este 2022 el libro ‘Léase en caso de fracaso. Lo que no te mata te hace más fuerte’, como parte de la celebración por los 10 años de este movimiento global.
En este libro, reúnen los mayores aprendizajes tras conocer más de 15 mil historias de fracaso de 90 países, así como reveladoras anécdotas ocurridas al interior del movimiento que dan cuenta de sus propias derrotas, pero también de su evolución.
‘Léase en caso de fracaso. Lo que no te mata te hace más fuerte’ ya está disponible en versión impresa y digital en todas las librerías.
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