Desarrollar disciplina para emprender es fundamental, prácticamente puede ser un factor que te ayude a cumplir tus metas. Hemos observado que la mayoría de los emprendedores son personas disciplinadas. Pero, ¿Cómo ser disciplinado? A continuación revisaremos qué acciones o hábitos pueden detonar la disciplina que nos ayude a emprender.
En las charlas de The Talk para emprender el podcast de WORTEV, entramos en contacto con múltiples proyectos y conocimos a emprendedores que están detrás de esas ideas que están transformando la economía y la forma de hacer negocios en México.
Una de las coincidencias más interesantes que detectamos en los emprendedores, es que la mayoría dicen que la disciplina en su vida, tanto en aspectos personales como en los negocios, ha sido un factor importante en su camino emprendedor.
La disciplina es el resultado de acciones concretas como la organización, la constancia y el orden. Estos factores transformados en hábitos contribuyen para la construcción de una mejor persona y ayudan en la obtención de resultados positivos.
De acuerdo con la RAE disciplina es una doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral. Sin embargo, es un concepto que se ha transformado a través del tiempo, pero que siempre ha estado relacionado con herramientas que pueden contribuir a mejorar la vida de las personas.
La necesidad de una acción y el acto consciente para realizar esa acción puede ser el llamado de la disciplina. Si se pasa un tiempo sin hacer la acción a pesar de sentir la necesidad de hacerla, eso es la procrastinación, el enemigo número uno de la disciplina.
La disciplina se puede construir a partir de hábitos, de actividades que nos ayudan a mejorar en lo personal y en nuestro trabajo.
De acuerdo con la maestra Nadia Guillén, terapeuta sistémica con experiencia en Psicología y Neurociencias, en entrevista con WORTEV nos reveló que el primer paso para adquirir disciplina que trascienda lo físico y mental, es hacer el esfuerzo por desarrollar orden y constancia en nuestras vidas.
Para algunos emprendedores con los que hemos tenido contacto, desarrollar la disciplina en su vida y en sus negocios los ha ayudado a evolucionar de forma positiva. Lo relacionan con actitudes o impulsos que si se logran concretar y transformar en hábitos pueden convertirse en la clave del éxito.
La mayoría de los emprendedores nos platicó que a veces cuando pasan por momentos complicados es muy fácil tener pensamientos negativos o sentirse solos. Sin embargo, tener bien claro sus objetivos y desarrollar la disciplina necesaria para cumplirlos es una de las recetas que recomiendan para atravesar estos momentos y no desviarse en su camino emprendedor.
Ser disciplinado es básicamente desarrollar la capacidad de dominar nuestros impulsos. Las personas que llevan un orden, con acciones o actividades puntuales y horarios establecidos ya están siendo disciplinados al cumplir con lo que se proponen y continuar avanzando.
No es fácil convertirse en una persona disciplinada. Se requiere de esfuerzo, constancia y paciencia. Cuando una persona logra cumplir con ciertas normas y prácticas que se ha impuesto para mejorar, se puede percibir cierta disciplina.
El cuidado continuo y la atención a las metas que te propones serán inherentes a la mejora en los resultados que esperas. Así se construye la disciplina.
De acuerdo con la especialista Nadia Guillén el primer paso para desarrollar la disciplina en nuestra vida es poner atención al orden y la constancia. “Es una práctica que puede ayudar especialmente en un capítulo de emprendimiento, que requiere mucha autogestión”.
Si se logra construir y desarrollar el orden y la constancia, a nivel subconsciente será más sencillo construir el hábito que nos ayude a mantener este nivel de consciencia.
Hacer el esfuerzo por administrar de forma correcta nuestros tiempos nos ayudará a conseguir disciplina. La constancia es lo que nos llevará a la consolidación de las acciones que implementemos para mejorar. Si hacemos a diario las actividades que nos propusimos para mejorar, cuidando nuestro tiempo y siendo constantes tendremos el impulso necesario que requerimos para mejorar.
Tener un por qué es indispensable como apoyo mental. Es de donde surge la motivación y nos puede llevar a conseguir lo que nos proponemos. Al reconocer lo que nos motiva vamos adquiriendo consciencia.
Al desarrollar la consciencia y darnos cuenta lo que queremos lograr, llegará la necesidad de cambiar, de transformar aquello que nos detiene y comenzar a trabajar por lo que queremos. Para esto vamos a necesitar ser disciplinados.
La disciplina o comportamientos que modifiquemos con la intención de mejorar, al final nos generarán una habilidad blanda, la cual vamos a desarrollar después de un tiempo como si fuera en automático.
Llevar a la práctica lo que pensamos y lo que nos proponemos es donde se materializan los aspectos anteriores. Solo la acción nos dará la fuerza y confianza que necesitamos para ser disciplinados.
Se puede comenzar con pequeñas acciones como levantarse temprano, alimentarse de forma correcta, dormir las horas necesarias, tener horarios para hacer ejercicio entre otras actividades que se pueden convertir en hábitos que pueden ayudarnos mucho.
Hay ejemplos de cómo desarrollar estas dinámicas, por ejemplo, la regla de los 10 minutos. Esta regla de oro 10 minutos haces algo con toda la atención posible, después desconectas por 10 minutos, respirar o beber agua y luego regresar, y así sucesivamente.
Se puede empezar por una cosa a la vez, tender la cama que es un regalo de mi yo del pasado para mi yo del futuro, que lo disfrutará cuando regrese a casa y la cama esté tendida. Al repetir esto día con día nos dará la sensación de estar avanzando, que somos productivos y que estamos enfocados.
También es importante tener bien en cuenta el manejo del tiempo, si unimos la acción con una estrategia de tiempo se construyen los hábitos.
Los hábitos son el resultado de nuestro esfuerzo y dedicación con una acción en específico. Ya sea levantarse temprano o alimentarse saludablemente, la constancia con la que hagamos estas acciones nos encaminará a la construcción de un hábito.
Por qué es importante, porque una vez que desarrollamos ciertos hábitos, estos cambios se vuelven parte de nuestro día a día. Son acciones que estaremos haciendo ya en automático porque ya vivimos el impacto positivo que nos causan.
Sólo probando podemos identificar qué hábitos nos benefician y nos ayudan a mejorar. Son prácticas conductuales que nos serán de gran ayuda.
Un emprendedor puede experimentar angustia por el futuro o pensar que no va a poder porque en el pasado se le atoraron las cosas. Pero si aplicamos la disciplina para confrontar la situación seguramente saldremos mejor de los problemas.
La invitación es a explorar varias técnicas que nos ayuden a crear disciplina en nuestra vida. Tratemos de buscar una combinación entre la teoría y la práctica para ser asertivos repitiendo conductas que nos ayuden a reforzar nuestro carácter, desarrollando actividades que nos lleven a la disciplina.
Y ante la pregunta: ¿Cómo ser disciplinado? Busquen la motivación, no existe una fórmula mágica que nos haga disciplinados. Solo combinar nuestros conocimientos con acciones que nos beneficien buscando siempre un objetivo claro a conseguir. Más vale tener el 1% de algo que 0% de un gran proyecto. Si somos disciplinados podremos emprender con mayor perspectiva.
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