En los últimos años se habla constantemente sobre la importancia de emprender; tanto, que hasta parece ser la palabra de moda, pero… ¿Qué significa el fomento al emprendimiento?
El verdadero fomento al emprendimiento es, más que programa o una política de gobierno, un cambio cultural.
Pueden existir mil programas que incentiven el emprendimiento. Pero si estos no son respaldados por acciones que permitan la creación y permanencia de las empresas que nacen, poco se logrará.
Un alto porcentaje de empresas de reciente creación deja de operar antes de los 2 años, ocasionando varios problemas. Su cierre representa una pérdida de empleo para quienes creyeron en el sueño de su líder. La descapitalización del emprendedor, que, lejos de ver su dinero crecer a través del emprendimiento, pierde su inversión, y lo peor: se desanima y abandona el emprendimiento.
¿Cuáles son los motivos por lo que cierran las empresas?
Entre las principales causas que reportan las empresas están los altos costos que representa el cumplir con obligaciones fiscales y laborales y el alto precio del alquiler de oficinas y locales.
¡Los emprendedores acaban trabajando para el gobierno, los empleados y los dueños de los locales u oficinas!
Más que fomentar el emprendimiento, se debe fomentar una cultura emprendedora en la que todos los actores involucrados orienten sus acciones hacia este fin.
Si el gobierno quiere más emprendedores debe permitir que las nuevas empresas tengan programas permanentes de incentivos fiscales y laborales. Fomentando así la constitución de empresas formales en lugar del emprendimiento informal.
Los arrendadores deben pensar en la permanencia de quienes alquilan sus propiedades. Ofreciendo locales y oficinas en buen estado y pidiendo un precio justo por el alquiler de los mismos.
Todos somos parte de una cultura emprendedora
Las empresas ya consolidadas también podemos apoyar a nuevos emprendedores. Creyendo en ellos y dándole una oportunidad a su oferta. Ante todo esto, lo más importante es crear una cultura emprendedora y fomentar el emprendimiento desde la infancia.
Cuando un niño crece con mente emprendedora, sabiéndose capaz de perseguir sus sueños y lograr sus metas, las amenazas del entorno tendrán menor peso que sus fortalezas. Entonces, tendremos un adulto emprendedor que no desistirá ante el primer problema que se le presente.
La educación emprendedora a edades tempranas permite que los niños conserven competencias como la responsabilidad, la tenacidad, la creatividad, la proactividad, la autoconfianza y el poder de persuadir, entre otras. Competencias que, cuando logramos que permanezcan hasta la edad adulta, serán los pilares que sostendrán a un emprendedor y lograrán que los negocios perduren.
Los padres de familia, al creer en sus hijos y fomentar el emprendimiento infantil como algo positivo, les darán a los niños las bases para un mejor futuro.
Todos somos parte de una cultura emprendedora y mientras el emprendimiento sea menos un tema de sobremesa y más una acción común, lograremos hacer de México un país de emprendedores.
Columna escrita por María del Carmen Cabrera Cisneros. Directora general de la franquicia BusinessKids. Síguela en @marycarmenbusinesskids
Nota del Editor: Las opiniones expresadas en esta publicación son responsabilidad exclusiva de la autora y no reflejan necesariamente la visión de Wortev.
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