Cada día es más común escuchar sobre personas a las que el estrés laboral las ha llevado, incluso, al hospital. En la mayoría de los casos, esto sucede porque no existe un equilibrio entre trabajo y vida personal. Colaboradores y propios emprendedores, pueden encontrarse atrapados en un ciclo interminable, sacrificando su bienestar personal en busca de crecimiento profesional.
Sin embargo, las empresas comienzan a darse cuenta de que este enfoque es insostenible a largo plazo, tanto para colaboradores, como para la propia organización. Es por eso que hoy en día existen diversas políticas que promueven el balance entre vida personal y profesional, como parte integral de su cultura empresarial.
Esto es aún más relevante considerando el contexto post pandemia. En donde, si bien, el distanciamiento social abrió la puerta al trabajo remoto, también introdujo la tecnología como parte esencial para desempeñar muchas actividades, menguando la desconexión.
Por eso, fomentar una cultura de bienestar integral que impulse el equilibrio entre trabajo y vida personal es importante. No solo como respuesta a los desafíos que enfrentamos individualmente, sino como una necesidad inherente que permite construir ambientes laborales saludables y sostenibles.
El equilibrio entre trabajo y vida personal trata de encontrar la proporción adecuada entre las responsabilidades laborales y el tiempo que dedicamos a intereses propios como la familia, el estudio o actividades recreativas.
Este balance no significa, necesariamente, dividir el tiempo en partes iguales para ambas esferas. Se trata, más bien, de integrarlas de manera fluida y saludable. Lo que implica establecer límites claros, aprender a priorizar tareas y actividades, así como practicar la autogestión del tiempo.
No obstante, en la actualidad, la tecnología nos conecta constantemente con el trabajo y puede resultar desafiante desconectar y dedicar tiempo de calidad a nuestras relaciones personales, hobbies y autocuidado.
Por otro lado, la flexibilidad se ha convertido en uno de los puntos más importantes a la hora de contratar personal. En México, el 61% de las personas no aceptaría un trabajo si este afecta negativamente su balance entre vida laboral y personal (este porcentaje a nivel global es del 57%) de acuerdo con el reporte Workmonitor 2024 de Randstad:
En este reporte también destacan tres factores elementales que consideran los mexicanos en cuanto a un empleo en el futuro o el actual:
Por eso, es fundamental comprender e implementar estrategias que permitan un equilibrio saludable que beneficie la salud física y mental. Ya que al mismo tiempo mejora la productividad en el trabajo y, de esta forma, el bienestar general propio y de tus colaboradores.
Desde la Revolución Industrial, el tiempo se ha convertido en un elemento crucial en la búsqueda de una mejor calidad de vida. Durante este periodo histórico, las jornadas laborales solían extenderse hasta alcanzar las 100 horas semanales. A partir de esto, surgió la Demanda 888, liderada por Robert Owen, que abogaba por un equilibrio: 8 horas de trabajo, 8 horas de recreación y 8 horas de descanso.
Posteriormente, en la década de 1920, Henry Ford, pionero en el sector automovilístico, introdujo la jornada laboral de 9 a 5. Esta medida no solo ofrecía a los empleados más tiempo libre para el ocio, también contribuyó a reducir la rotación de personal, fomentando así un mayor bienestar laboral y un equilibrio entre la vida profesional y personal.
Actualmente, más de la tercera parte de la fuerza laboral a nivel mundial trabaja más de 48 horas a la semana, de acuerdo con el estudio Working Time and Work-Life Balance Around the World publicado en 2023 por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
A partir de este dato, la OIT propone a las empresas implementar políticas dentro de las organizaciones que promuevan la reducción del horario laboral y alternativas como el trabajo remoto.
En el caso particular, México sobresale por la cantidad de horas que registran los datos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), con un promedio anual de 2,226 horas por empleado. Esta cifra supera en casi 500 horas el promedio del resto de países que pertenecen a esta organización.
Sin embargo, a pesar de estos números, el rendimiento económico por cada hora trabajada en México figura entre los más bajos de la OCDE, situándose en el último puesto del índice de productividad laboral.
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En la búsqueda por cultivar entornos laborales más equilibrados y saludables, las empresas trabajan en implementar políticas que prioricen el bienestar integral de sus colaboradores. Sin embargo, para alcanzar este objetivo es esencial comprender las necesidades específicas de su fuerza laboral.
Para lograrlo, la comunicación abierta y continua, así como la recolección activa de retroalimentación es fundamental. Las encuestas de satisfacción laboral y las reuniones uno a uno son herramientas valiosas. Éstas ayudan a obtener información sobre las preferencias y retos que enfrentan los colaboradores en relación con su equilibrio entre vida personal y profesional.
Una vez identificadas las necesidades, las empresas pueden implementar una variedad de estrategias para respaldar el balance entre la vida profesional y personal de sus colaboradores.
Estas pueden incluir:
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Las empresas que implementan estrategias para promover un balance entre vida y trabajo benefician a sus empleados y, también, experimentan una mejora significativa en su desempeño organizacional, desde la retención del talento hasta la eficiencia operativa y la cultura empresarial.
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A partir de los cambios en las jornadas laborales que hemos experimentado en los últimos años, temas relacionados con la salud y el bienestar integral de los colaboradores en las empresas ganaron relevancia.
Las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) 035 y 037, son pieza clave para gestionar las nuevas modalidades de trabajo, el fomento a entornos laborales saludables, así como el equilibrio entre vida personal y profesional de los individuos. Estas normativas fortalecen el bienestar de los trabajadores e impulsan la eficiencia en las empresas.
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La implementación de estrategias que promuevan el equilibrio entre trabajo y vida personal puede contribuir a la construcción de una cultura organizacional sólida, basada en la confianza mutua y el respeto hacia las necesidades individuales de cada empleado.
Esta cultura también potencia la colaboración, la creatividad y la innovación dentro de la empresa, ya que los colaboradores se sienten más motivados y comprometidos con los objetivos y valores de la organización.
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