La cafetería “El sueño de Frida” pronto se convirtió en una pesadilla: la pandemia de Covid 19 los llevó a cerrar sus puertas a tan solo seis meses de su apertura. Y con ello, quedó suspendido su proyecto: la inclusión laboral de personas con Síndrome de Down.
Yesenia Escudero es la mujer resiliente detrás de este emprendimiento inclusivo, y también, es la directora general de Fundación Mosaico Down.
Al principio solo daban servicio de cafetería, pero con el tiempo y la demanda de sus clientes, han crecido hasta convertirse en un restaurante que ofrece desayunos, comidas y cenas de martes a viernes. Así como servicio de buffet los fines de semana.
En México sólo 1 de cada 10 personas con discapacidad cognitiva o mental tiene empleo, el resto depende económicamente de otras personas, de acuerdo con el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred).
En su Guía para la inclusión de personas con discapacidad en el lugar de trabajo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) especifica que los empleadores podrían aprovechar habilidades que les son más fáciles a esas personas. Por ejemplo, “desarrollan muy bien tareas repetitivas”.
El documento destaca que contratar a alguien con síndrome de Down mejora la reputación corporativa en el mercado. La imagen de la empresa se beneficia también al interior de ésta, se desarrolla orgullo de pertenencia a un centro de trabajo que respeta e integra a personas con discapacidad.
Cuando inició la pandemia, la cafetería cerró sus puertas. Los chicos con Síndrome de Down, al ser personas de alto riesgo, se fueron a casa.
Tener fortaleza mental, ha sido para Yesenia lo más importante para poder salir adelante de esta crisis global.
El compromiso en su proyecto y la creatividad llevaron a Yesenia a “casi todos” los tianguis de la Ciudad de México a vender los objetos que reciben como donaciones de las personas que conocen y apoyan a la Fundación para solventar los gastos de la cafetería.
“Los logros son a base de mucha gente. No puedo defraudar tanta confianza. A tantas personas que creen en el proyecto”, asegura Escudero.
Con la convicción de sacar “este barco adelante” lograron solventar los gastos, no solo de la cafetería, sino también de la misma Fundación. Hasta que lograron reabrir las puertas de “El sueño de Frida” tres meses después.
El valor agregado de la cafetería, además de la inclusión laboral, es la comodidad de sus espacios. Cada mesa cuenta con conexión eléctrica. Además, las mesas del interior permiten realizar trabajo a distancia o reuniones familiares.
Mientras que en el jardín, se puede pasar un rato muy agradable en pareja o con los amigos.
Esta cafetería, ubicada en el Ajusco, abre sus puertas de 6:30 de la mañana a 9:00 de la noche, de martes a sábado. Y los domingos de 8:00 de la mañana a 4:00 de la tarde. Actualmente emplea a 17 personas.
“En el trabajo llegamos aquí a las 8:00. Aquí somos quienes trabajamos, realizamos actividades de limpieza, nos llegan clientes. No se puede tener novia en el trabajo”, asegura Diego, un joven de 27 años con Síndrome de Down quien labora como mesero.
Yesenia tiene muy claro su objetivo de emprendimiento de inclusión laboral: “integrar es dejar pasar nada más. Incluir es adaptarme a tus necesidades y encontrar un beneficio común”, recalca.
Para Yesenia, los chicos de “El sueño de Frida” son los mejores empleados porque siempre están de buen humor y son atentos. Se pelean por atender las mesas por el gusto de trabajar. Además, transmiten energía positiva y esas ganas de salir adelante.
“Son inspiración para otros. Tienen clientes de lugares muy lejanos. Algunas familias con hijos con Síndrome de Down llegan para inspirarse y entender que este trastorno genético no es tan malo como la gente cree”, afirma la emprendedora.
Algunos de los chicos de la Fundación Mosaico Down son estudiantes en el Instituto Mexicano de Gastronomía, con quien tienen un convenio desde hace 5 años.
“Mi compromiso es realizar todo el procedimiento escolar como cualquier persona”, dice Yesenia. Pero la primera dificultad de cumplir con el programa educativo de los estudiantes llegó al momento de realizar su servicio social.
“El miedo fue una barrera en los restaurantes. No se entendía la responsabilidad en caso de un accidente, como le puede ocurrir a cualquier persona”, comparte Escudero.
Así que con las puertas cerradas, Yesenia Escudero lanzó en 2016 el proyecto “Catering con causa”, que ofrece servicio a empresas aliadas como Adidas o Sixflags, así como a particulares. Un emprendimiento de inclusión laboral para las personas con Síndrome de Down.
Los chicos, como los llama Escudero, participan en este trabajo desde la preparación de los alimentos hasta el montaje. Por supuesto, son quienes atienden a los comensales con la mejor actitud y con una calidad en el servicio a la altura de cualquier otro competidor.
“Yo no quiero que me contraten por lástima, sino porque es un servicio de calidad, competitivo a cualquier nivel y el plus es que damos trabajo a estos chavos“, enfatiza Escudero.
En septiembre de 2019 nace la cafetería “El sueño de Frida”, una idea pequeña que fue creciendo con el tiempo hasta convertirse en un restaurante con servicio de martes a domingo.
“La idea es que en algunos años sea una franquicia ‘El sueño de Frida’. A la gente le puede interesar el concepto. Y eso da la pauta para que muchos chavos (con Síndrome de Down) tengan trabajo”, comparte Yesenia.
En noviembre de 2021 obtuvieron la concesión del comedor del Instituto Nacional de Medicina Genómica (INMEGEN) al que dan servicio de alimentos para el personal.
También tienen una florería en línea: FloriDown, que cuenta con floristas capacitados y servicio de entrega a domicilio sin costo adicional.
Para la emprendedora lo primordial es tratar a sus trabajadores por igual, no ser tolerantes solo por tener Síndrome de Down, sino exigirles igual que al resto del personal de apoyo, que funge como administradores del negocio.
El objetivo es darles empleo e independencia económica a personas con Síndrome de Down. Así como romper con el estigma de “ser una carga para su familia”.
“De mi sueldo yo tengo mi dinero para comprar mis camisas. Yo hago mis compras, de juegos, mis salidas con mi novia. En mi casa compro jabón, fruta y verdura. Ayudo a hacer la comida con mi mamá”, apunta Diego.
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Aunque la Ley General para la Inclusión de las Personas con Discapacidad se publicó en mayo de 2011 aún quedan pendientes. Esta área de oportunidad es la que aprovechó “El sueño de Frida”.
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