Luis Armando Bravo Castillo, director y fundador de Probionics, quiere mejorar la calidad de vida de pacientes sin extremidades con prótesis mioeléctricas.
Su historia comenzó cuando estudiaba la carrera de medicina y colaboraba en el departamento de cirugía reconstructiva. Al atender a un joven de 20 años que perdió ambos brazos después de ser electrocutado, decidió cambiarse a la carrera de ingeniería biónica para aprender a desarrollar prótesis.
En México hay cerca de 780 mil personas con amputaciones, de acuerdo con datos del INEGI (2015). Entre las principales causas está la diabetes mellitus tipo 2 (DT2). De estos casos el 90% de los pacientes comenzó con una ampolla o lesión en el pie y por falta de un tratamiento oportuno, requirió de una intervención quirúrgica.
Un 16% de los pacientes amputados perdieron alguna de sus extremidades a causa de un proceso traumático. Mientras que un 3% lo atribuye a la presencia de tumores malignos o causas congénitas.
Las primeras prótesis
Luis Armando comenta que su primer brazo artificial lo probó directamente en un paciente amputado. Aunque realizaba las funciones de abrir y cerrar, no satisfacía las expectativas por sus movimientos lentos y débiles, además de ser demasiado pesado.
Con la idea de entregar una mejor prótesis para su paciente, trabajó en el diseño de un nuevo prototipo que aún logró fabricar en los laboratorios de su universidad como recién egresado.
Más tarde se enteró que el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), estaba en el proceso de entrega de fondos para proyectos con cierta madurez. Esto lo llevó a crear Probionics, en 2006, con la ayuda de un programa de apoyo del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
En 2008 y posteriormente en 2011, recibió el fondo de Conacyt. La utilización de estos recursos fue para realizar contrataciones y comprar algunos equipos que requería.
Otra forma de reunir fondos, la obtuvo con una negociación en su ex escuela para impartir clases, donde él mismo se encargaba de abrir los grupos y ofrecer la formación académica. Con este perfil la empresa se dedicó a la investigación y al desarrollo de prótesis de brazo y mano.
Hasta el momento busca consolidar su división de manufactura y comercialización. Dado que requiere contar con varios moldes de inyección para crear su producto, y mudarse a una nave industrial para producir en masa. Hoy la falta de capital es su principal impedimento.
Fabricar tu propia batería
Al fundar Probionics, Luis Armando atravesó una serie de obstáculos que nunca lo desanimaron. Desde el aspecto técnico, el financiero, hasta la carencia de talento especializado.
Uno de los más significativos fue la crisis derivada del desarrollo de las baterías para las prótesis. Sus primeros productos utilizaban baterías adaptadas y no estaban diseñadas para transportarse.
Lo anterior ocasionaba innumerables fallas, desconexiones, falsos contactos y rupturas del cable que las unía a la prótesis. Además, este diseño de prótesis más el agregado de la batería, eran demasiado pesados e incómodos.
Luis Armando importaba la pila con un fabricante extranjero y cotizó con él para el diseño de una batería adaptada a sus prótesis. Sin embargo, el presupuesto fue tan elevado que decidió buscar desarrollos nacionales que pudieran fabricarle los tres tipos de baterías con lo tres perfiles diferentes que requería.
La respuesta no fue favorable. Luego de acercarse con diferentes empresas nacionales y buscar desarrolladores entre las distintas universidades del país, tomó la decisión de él mismo fabricarlas.
“La gente nos presionaba con las prótesis, pero ya no elaborábamos prótesis, sino que nos dedicábamos a cambiar cables”, comparte.
Precisamente fue esta experiencia la que permitió que Luis Armando y su equipo obtuvieran su primer prototipo de batería en un periodo de cinco meses. Esto reflejó un ahorro en el costo por baterías e implicó un aumento en la fuerza, la velocidad y la autonomía de los equipos.
Prótesis y reto del costo
El consumo de prótesis en el mercado mexicano no es muy positivo. La protetización no es un servicio de salud que cubra el gobierno, −de acuerdo con la firma alemana Ottobock−. Lo que la mayoría de los pacientes mexicanos que requieren de una prótesis tienen que pagarla de su propio bolsillo.
Por esto, la mayor demanda de prótesis en México son las que cuentan con componentes mecánicos básicos, que son los más baratos.
El emprendedor destaca que el sector de la fabricación de prótesis para brazo y mano cuenta con escasos productos. Es posible encontrar una mayor oferta para miembros inferiores. En el caso de los pies, existen alrededor de 25 opciones en distintas marcas y para rodillas también hay una gran variedad de unidades.
Con relación a los brazos, las prótesis se dividen en tres categorías: cosméticas, mecánicas de gancho y electrónicas. El costo promedio de las prótesis de gancho es de 40 mil pesos, mientras que las electrónicas que abarcan debajo del codo hasta la mano, oscilan entre un millón 200 mil pesos.
La oferta de Probionics en un modelo electrónico tiene un costo de 80 mil pesos, haciéndole más accesible a los bolsillos de los mexicanos. La inversión que realiza la gente es por el valor de la prótesis más un 15% de ganancia para la empresa.
“Tenemos una rentabilidad superior al 70%”, asegura el emprendedor. Su negocio oferta productos eficaces, confiables, ligeros y con diseños patentados, además de estar certificado por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris).
Las prótesis de Probionics tienen una larga vida útil. Gracias al mantenimiento anual que reciben de sus especialistas, por lo que algunos pacientes llevan 14 o 15 años con ellas.
La firma reconoce que aún deben mejorar algunos aspectos estéticos. Aunque su alta tecnología les permite cargar 40 kilogramos en contraste con otras prótesis certificadas que soportan un máximo de seis kilogramos. Hasta ahora Probionics cuenta con más de 250 pacientes atendidos.
Elevando la calidad de vida
Para su fundador un aspecto gratificante es que sus prótesis mioeléctricas, es decir, que funcionan a través de los impulsos musculares, y gracias a la lectura de un software adaptado a los dispositivos móviles, los pacientes elevan su calidad de vida y autoestima, recuperan su independencia y motivación cuando otras personas observan sus brazos robotizados moverse “solos”.
“En lugar de esconder sus prótesis, estos pacientes se sienten orgullosos de mostrar la tecnología que cambió sus vidas”, dice Luis Armando.
La fabricación de las prótesis de Probionics tarda de tres a cuatro semanas y cuenta con tres tamaños estándar: chico, mediano y grande, a los que se les adapta una pieza diseñada a partir del muñón de cada persona. Algunas piezas como las resistencias, los capacitores y motores son importados e incluidos en diseños propios.
En el caso del fabricante de prótesis Ottobock, empresa con más de 100 años y con presencia en un centenar de países, su tiempo promedio de fabricación es de una a dos semanas para prótesis mecánicas, una de los productos más adquiridos en México.
Dichas prótesis funcionan a partir de arneses y poleas que permiten la apertura y cierre de manos, además de la flexión del codo.
Entre los planes a futuro de Luis Armando Bravo está el desarrollo de prótesis para pierna, sin embargo, por el momento está enfocado en consolidar y crecer la empresa, ya que a 15 años de su fundación continúa con un equipo pequeño.
Metas diarias
La principal lección que el emprendedor mexicano comparte con otros emprendedores es el avanzar un día a la vez, pues las actuales generaciones pretenden lograr resultados rápidos y muchas veces los proyectos son demasiado complejos, como es el caso de Probionics, exigiendo una alta inversión en tiempo para su desarrollo.
Luis Armando les invita a desmenuzar la complejidad de su idea y elaborar cronogramas de metas, a partir de la filosofía japonesa Kaizen enfocada en la mejora continua. Sin importar cuan pequeño sea el avance, hay que enfocarse en que éste nos lleve al objetivo.
La labor de Luis Armando Bravo lo ha llevado a recibir varios premios, reconocimientos y menciones e incluso a estar frente personajes importantes del ecosistema emprendedor para presentar Probionics, vocablo que quiere decir “en favor de la biónica”.
Probionics recibió mentoría por parte de Víctor Moctezuma, CEO de iLab y LuisGyG, experto en tecnología durante nuestro segundo Wortev Rise Day, el pasado 17 de diciembre. Conoce aquí las recomendaciones que le hicieron.
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